domingo, 15 de noviembre de 2009

Susurros Oscuros

Una vez oí un susurro.
Recuerdo que éste decía:

"¿Cuántas vidas tendré que morir
y
cuántas muertes tendré que vivir
para poder ser yo mismo?

Y

¿Cuántas luces tendré que esconder en las sombras
y
cuántas sombras tendré que desvanecer en las luces
para poder parecerme a mi cuerpo incorpóreo?"

Al fin me di cuenta que la silueta de mi voz era yo,
igual que mis confusiones
y mis dudas existenciales.
Mi voz era yo. Era la voz de la tumba y del tiempo fuera del tiempo,
donde la noche es el día y el día se vuelve la noche con su muebles.
Con sus viles muebles, como el cielo y las estrellas que simulan la luz falsa.

Ahora sé que no soy alguien además de mí, a menos que mi voz quiera que sea otra persona.
Una falsa. Otra confusión o quizás otra noche.

Dark Whispers

I once heard a whisper.
I recall it said:

"How many lives will I have to die,
and how many deaths will I have to live
to let me be me?

And

how many lights will I have to hide in the shadows,
and how many shadows
will I have to vanish in the lights to look like my incorporeal corpse? "

In the end, I figured out that the silhouette of the voice was me, as well as my confusions and my existential thoughts.
My voice was me. It was the voice from the tomb and from the time outside the time, where the night is the day and the day becomes the night with all its furniture, with all its evil furniture, like the sky and the stars that simulates the fake light.

Now I know that I am no one else but me, unless my voice wants me to be another person.
A fake one. Another confusion or maybe another night.

martes, 3 de noviembre de 2009

Mis tinieblas


Y ahora me envuelves y desenvuelves en tus cadenas,
en tus mantos y en tus velorios.
Me envuelves en el día que nunca olvidaré,
en el día que nunca ha pasado:
Nunca ha pasado con su inexistencia maldita ni con sus horas esquivas.

Y ahora me envuelves,
me envuelves en tus hojas, en tus entradas sin jardines.
Me envuelves en esas líneas que quise trazar:
En esos horizontes plásticos y sintéticos carentes de alfombras.

Yo ahora me envuelvo solo.
Solas mis manos sostienen el testamento amargo sin huellas,
como si no hubiese arena o niebla o viento.
Solas mis manos se hielan en la casa.
Solas con sus llagas y su ausencia de rosas, de promesas y de ruido.

Yo me envuelvo y me desenvuelvo solo.
Siempre en mis argumentos en blanco, en negro y en gris.
Siempre silente y alejado, como cuando cambio mi repertorio:
Aquellas palabras debieron permanecer oscuras y dormidas.

Me quedo siempre así, silente y alejado de todo lo vital,
de todo lo esencial, como el mundo y sus marionetas:
Sus espejismos llenos de silencio, de brujas y burbujas.
O esos mares y amores que silentes se alejan de mi.

Así me envuelvo,
como quemándome en mis deseos,
en mis cruces.
Me envolviste y desenvolviste,
y te has ido, como siempre.
Como aquella vez en que tampoco volviste.



Quiero que en mi epitafio esté tallado "Aquí yace un ciudadano, un poeta desconocido, cubierto en gloria y tierra".