Gitano, tus palabras caminan:
Todo quedó donde dios
sin su mano,
ni su pecho
devorado por bocas victimarias.
su sepultura
en la superficie,
y ofenden los pactos
del abrazo de la tierra,
cuando se extravían
del camino:
Despiertan palomas,
parásitos,
suerte.
Gitano,
alimentaste la suerte
en tu fogata,
en tu camino
cuando no supiste
del retorno.
Tus manos,
tus palabras
acariciaron la muerte
en el grito de las rocas
en el mar,
en su danza.
Gitano, tus pies caminan
al compás de las llamas
de tu fogata.
Sabes que dios no está,
ni su mano, ni su pecho
devorado por migajas,
bocas victimarias
y parásitos
en las olas del mar.
Ellos no hablan:
Saben dónde vas.
Tu camino
y tu marcha
han callado
todo lo que dejaste
con dios
en su mano y su pecho
alguna vez devorado
por parásitos del mar
y tu fogata:
Victimarios del camino
de tus palabras.
Gitano,
si el daño
no te avergüenza,
tu camino también daña.
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