Alguien me llamaba
En aquel beso, en aquella noche,
Y no puedo olvidar su dolor
Ni el verde de sus ojos
Ni su voz agrietada.
Eras tan joven,
Y aún creías en la mentira del cielo
Cuando sólo vivías boca arriba,
Esperando la noche.
Y yo sigo sin poder olvidar su dolor
Ni el verde de sus ojos
Ni su voz agrietada.
Alguien me llamaba
En aquel beso, en aquella noche,
Y sólo recuerdo su quebranto,
Sus llagas.
Y sólo puedo esparcir sus cenizas en la memoria,
Porque no puedo olvidar su dolor,
Ni el verde de sus ojos
Ni su voz agrietada.
Eras tan joven,
Y aún creías en la mentira del cielo,
Y a veces caían lágrimas de tus ojos,
Porque sólo vivías boca arriba,
Esperando la noche.
Y me llamabas.
Tus ojos verdes me llamaban cansados,
Y me esperabas en aquel beso,
En aquella noche,
En medio de tus llagas.
No hay perdón para mí,
Porque yo sólo puedo recordar tu silencio,
Tus lágrimas, tu voz agrietada,
Y no puedo olvidar tu dolor,
Tus llagas ni tu quebranto.
Eras tan joven,
Y aún creías en la mentira del cielo,
Mientras yo te esperaba en aquel beso,
En aquella noche
En donde sólo te supe hablar de la verdad del infierno.
Y sólo puedo esparcir sus cenizas en la memoria,
Porque no puedo olvidar su dolor,
Ni el verde de sus ojos
Ni su voz agrietada.
Eras tan joven,
Y aún creías en la mentira del cielo,
Y a veces caían lágrimas de tus ojos,
Porque sólo vivías boca arriba,
Esperando la noche.
Y me llamabas.
Tus ojos verdes me llamaban cansados,
Y me esperabas en aquel beso,
En aquella noche,
En medio de tus llagas.
No hay perdón para mí,
Porque yo sólo puedo recordar tu silencio,
Tus lágrimas, tu voz agrietada,
Y no puedo olvidar tu dolor,
Tus llagas ni tu quebranto.
Eras tan joven,
Y aún creías en la mentira del cielo,
Mientras yo te esperaba en aquel beso,
En aquella noche
En donde sólo te supe hablar de la verdad del infierno.
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