domingo, 20 de febrero de 2011

Ruido del silencio




Y ahora, ¿qué?

Aunque naciera cien veces,
sería igual.
La llaga está en mi,
royendo lo profundo
de mi alma.
Me acaricia con cruel melodía,
y se ríe de mi,
y embriaga mis venas
de espinas.

¿Qué me dirás?

Aunque naciera cien veces,
cien veces dormirías mis sueños
en silencio,
en el ruido del vacío
cuando todo flota
irreal.

Irreal.

¿Quiero lo irreal?

Nunca querrás que sea yo
quien te despierte,
ni tú querrás despertarme,
porque por el humo,
la visión es borrosa.

Tal vez te diga:

Quiero ser olvidado,
pues mi ser me dejó
a la deriva,
al acecho de la muerte de las palabras,
porque la muerte se esconde
tras distintas máscaras,
pero siempre apuñala
de la misma forma,
y su estocada es fatal,
filosa, temible y certera.

Por favor,
no prometas lo que no quieres dar,
ni me busques títulos,
o formas de engañar la realidad.
El miedo sólo buscará hablar con el miedo.
y el orgullo,
con el orgullo.

Nada más será dicho,
ya el vino ha sido derramado,
sin pensar en las consecuencias.
Las palabras han sido vertidas
en lágrimas y sangre,
y rondarán siempre
en el orgullo,
porque entorpece lo bello,
y lo hace amargo.

Esa es mi muerte.

lunes, 14 de febrero de 2011

Juramento de espíritus



No sé cuánto tiempo había soñado con ella.
Tampoco sé cuántas veces mis sueños se habían transformado en pesadillas, pensando en que algún día llegaría.
Ahora, que ya sé que es real, que he despertado, siempre haré todo lo que sea necesario, porque sé que lo vale.
He perdido mucho. Tal vez demasiado.
He cedido mucho. Tal vez demasiado.
Pero si hay algo de lo que estoy seguro, es que si estoy junto a ella, no hay nada que me importe más que ella misma.
Sin ella, nada soy, y sólo por ella, seré capaz de bajar el cielo, y con mi escalera ir hacia donde está.
Iré hacia donde está su corazón, escrito en lo profundo de mi universo.
En el cielo oscuro, donde su nombre refulgirá con más fuerza cada instante.

Te amo, mi niña!
Gracias por ser mi razón de vida, y mi tesorito del universo!
Simplemente TE ADORO!

Sueño de mi canción






Es fácil saber cuándo una canción es tuya. Ella te busca.
Ella te da todo lo que necesitas saber, aunque en un principio no sepas lo que dice, o su nombre.
Si es tuya, tarde o temprano acabarás descubriéndola.
Eso fue lo que me pasó.
Hay una canción que me buscó porque quería ser mía desde el comienzo.
Se posó frente a mis oídos, y con su melodía desnudó mis sentimientos hacia ella, y me enamoró de inmediato.
En un principio, no sabía qué decía, ni hacia dónde me quería llevar. Tan sólo, me llevaba, y me dejaba llevar.
Es tan pura, tan melódica, tan perfecta e irresistible...
No tenía miedo de nada, y se entregó por completo a mi.

Hasta el día de hoy, me siento enamorado de esta bella canción.

Es posible que no muchos la entiendan, o la sientan, pero si de algo estoy seguro, es que esta canción me buscó, porque quería ser mía desde el principio.




Long as I can see the light

Put a candle in the window
Cause I feel I gotta move
Though I'm goin' goin'
I'll be comin home soon
Long as I can see the light

Pack my bag and let's get moving
Cause I'm bound to drift a while.
When I'm gone gone
You don't have to worry
Long as I can see the light.

Guess I've got that travelin' bone
Cause this feeling won't leave me alone.
But I won't won't
Be losin' my way no no...
Long as I can see the light.

yeah, yeah, yeah, oh yeah

Put a candle in the window
Cause I feel I gotta move
Though I'm goin' goin'
I'll be comin home soon
Long as I can see the light
Long as I can see the light
Long as I can see the light
Long as I can see the light...

sábado, 12 de febrero de 2011

Memorias de una copia común




Soy un ser humano común y corriente.
Más de alguna vez me han dado el valor de héroe, pero no creo serlo. Los héroes realizan hazañas, y yo jamás he hecho alguna.
No he luchado contra dragones, ni rescatado doncellas.
Sólo he seguido los pasos ya establecidos por algún héroe de la antigüedad, por lo que no soy más que una vil copia que está perdida en el tiempo, o que no tiene rumbo.

No creo ser un héroe, ni me gusta que me lo digan.
He llegado a detestar el reconocimiento...como si lo que he hecho tuviese valor alguno.
No soy lo mejor, pero tampoco creo ser más ni menos que los demás. Simplemente soy, y soy una copia.
No tengo caprichos, pero sí tengo deseos. Lamentablemente son irrealizables.
Me gustaría ser el primero en derramar los ríos de sangre bendita, pero sé que es algo que jamás sucederá, ya que soy un ser humano común, y mis deseos murieron antes de nacer, junto con las lágrimas, los pensamientos, y los besos que quise verter.
Todo eso desapareció. Murió antes de nacer, al igual que mis labios.
Creo que algo los devoró. Algo que he oído muchas veces. Palabras mordaces, caprichosas y gustosas de muerte acabaron con todos mis deseos.
Maldigo todo.
Maldigo la conveniencia, la traición, la mentira, los caprichos, la discriminación, la corrupción, la avaricia, la manipulación y el orgullo.
La traición es la unión de varios factores que mencioné, y su resultado son las otras cosas que detesto.
Traición. La suma de la mentira, la conveniencia, la avaricia y los caprichos.
Tu resultado es siempre el mismo: El derrumbe, la corrupción, el ultraje y el daño.
¿Palabras lindas?
¿Palabras vacías?
¿Qué buscan? ¿No dañarme? o ¿"hacerme bien"?
No se puede esperar nada más que respuestas malnacidas de situaciones malsanas y dañinas.
No sólo no me hacen bien, sino que me dañan, porque esas palabras nacieron del orgullo.

¿Por qué no puedo ser yo quien derrame la sangre?
Quiero ser, por una vez, el creador del río desde el inicio mismo.
Quiero caminar con pasos de oro, construir algo bello. Tan bello, que sea insuperable.
Tan bello, que sea el pionero, quien descubra infinita e incansablemente esos misterios que me encantan. Quisiera que siempre fuese así, pero sé que es imposible.
Ni siquiera puedo aspirar a una vez.
Mi tiempo no es mucho. Mis recursos, limitados.
No soy un héroe, y jamás lo seré.
Sólo soy una copia vil y común, que escribe sus memorias día a día, siempre perdido en el tiempo, en la vida, en el espacio, y tras la sombra de los sueños que tengo. Aquellos que sé jamás llegarán a ser realidad.

domingo, 6 de febrero de 2011

Sueño




Una vez que cruces el puente, te encontrarás en una ciudad olvidada por la sociedad.
En la lluvia putrefacta, hay una habitación que existe en un estado ideal, en alguna parte entre el día y la noche, entre rosas y amapolas o cenizas en la urna.
Un torso desnudo y lleno de cicatrices de heridas pequeñas y autoinfligidas, es la prueba.
Lo fue todo.
Sus labios sangraban.
Representó todo lo que había hecho durante su vida, y todo lo que había reclamado y dicho.
Palabras arrogantes, egocéntricas, mordaces e injustas. Todo antes de tiempo.
Ya había hecho todo. La sangre había sido derramada en los ríos suburbanos.


En las escaleras de la ciudad, había un viejo extraño.
Sólo repetía palabras. Era lo único que hacía.
Todo era nebuloso. La niebla no dejaba diferenciar nada, sólo las palabras.

"No es que me guste estar triste.
No es que desee gritar.
Es sólo que no deseo ser recordado en el tiempo.
Apenas deseo caerme dormido silenciosamente.
En aquella época todo estaba cubierto de dientes de león.
Cuando había una brisa, las bolas plateadas del algodón bailaban a través del cielo.
En el centro de ellas, estaba parada esa muchacha.
Era todo un sueño.
Apenas un sueño.
Esa muchacha murió en ese punto en el tiempo.
Ahora, todo. Detesto todo.
No me gusta estar triste.
Es como si deseara gritar
Y no desear ser recordado en este tiempo.
Sé que quieres verme muerto, pero no podrás matarme de nuevo.
Ya morí.
El metal me desgarró y cortó antes de que cruzara el puente.
No pude protegerme.
No quise protegerme.
Fue todo.
Apenas un sueño."

Al terminar, abrió los ojos.
El torso no estaba desnudo, ni tenía pequeñas cicatrices de heridas autoinfligidas.
No estaba.
Sus labios tampoco sangraban. Ya lo habían hecho hace mucho.
Todo fue apenas un sueño.